Y cuándo parecía que ya no quedaba
nada por aprender, llegó el cuarto y penúltimo bloque del curso de “Tutores
para la Formación en Red” del INTEF. Como ya os vengo contando a lo largo de
estos dos últimos meses, en este curso se ha trabajado la competencia
comunicativa del tutor y diferentes destrezas como la curación de contenido, la
dinamización de eventos en directo o, simplemente, la creación de artefactos
digitales, entre otras muchas. Así pues, poco más nos podía quedar por
aprender. Pero lo maravilloso de este curso es que siempre te sorprende y a lo
largo de las siguientes líneas os seguiré mostrando qué perfil debe tener una
persona para ser un buen tutor y cuál ha sido mi evolución durante el curso en relación
a las actividades propuestas.
En primer lugar, aprendimos en
qué consistía la metodología de los Seis sombreros para pensar de Edward de Bono. Y, por si tú tampoco habías oído
hablar nunca de ella, te lo resumo brevemente. Esta metodología que, como bien
indica su nombre, se basa en seis sombreros, consiste en asumir roles diferentes
a los que normalmente asumimos y que quedan representados en cada uno de ellos.
Así, por ejemplo, el rojo representa a aquéllos que actúan y se comunican
basándose en sus emociones o intuición, sin necesidad de justificarse; mientras
que el negro representa a aquéllos que, por así decirlo, siempre ven el vaso
medio vacío, identificando posibles barreras y obstáculos; el blanco, lo hace con las personas que siempre actúan y expresan
sus ideas con objetividad y basándose en hechos tangibles, etc. En mi caso,
creo que la mayor parte del tiempo y del curso, me ha gustado y me gusta lucir un sombrero
blanco o amarillo, por ello ésta era una oportunidad magnífica para probar con
mi sombrero antagónico: el negro. Esta actividad fue, al mismo tiempo enriquecedora,
pero también un reto. Pensad que se trata de despegarte de tu yo habitual para
ser alguien totalmente diferente. Y precisamente por eso, resulta especialmente
interesante para tareas grupales o reuniones, favoreciendo el proceso de pensamiento
y creación, al permitir que una misma persona aporte sus ideas desde diferentes
ópticas. Por si seguís teniendo curiosidad, aquí os dejo un vídeo donde se
explica con más detalle.
Seis Sombreros para Pensar - Edward de Bono // Autor: SomosDI
En segundo lugar, tuvimos que evaluar dos actividades: por un lado, una intervención en un foro y, por
otro lado, una actividad entregada por un alumno. No debemos olvidar que este
curso nos capacita para ser tutores de cursos en línea y ello implica no sólo
tener una buena competencia TIC o ser un buen comunicador, sino también tener
la capacidad para evaluar a nuestros “futuros alumnos” y hacerlo de una forma
objetiva y razonada - sobre todo esto, para que los alumnos puedan aprender de
sus errores y ver reconocidos sus aciertos a modo de refuerzo positivo -. A lo
largo del curso habíamos realizado comentarios a las aportaciones que habían
ido realizando otros compañeros/as, pero nunca con la obligación de
calificarles. Y ese momento había llegado. Puede parecer una tarea tediosa,
pero si nos ponemos el sombrero amarillo (optimismo) comprobaremos que también
a través de esta acción nosotros mismos aprendemos cosas nuevas de los alumnos.
En tercer lugar, realizamos el “informe
final” de la tutoría. Seguíamos, pues, actuando como tutores y no como los
alumnos que somos. Se trataba de rellenar el informe que al final de cada curso
ha de rellenar un tutor del INTEF con todos los aspectos que destacaría –
positivos o negativos –, utilidad del curso para los alumnos, trabajos que
destacaría… Después de todo lo visto hasta el momento, ¿todavía pensabais que
la labor de un tutor se limitaba únicamente a supervisar? Bajo mi punto de
vista, se trata de una de las actividades más complejas, porque requiere de un
buen análisis que de valor a todo lo hecho durante el curso.
Y, por último, completamos de nuevo
nuestra autoevaluación sobre nuestra competencia para ser tutores en línea. Se
trataba de comprobar cuál había sido nuestro progreso a lo largo del curso y,
una vez completado, realizar una pequeña reflexión en un foro abierto para tal
efecto. Quizás no fuera la actividad más creativa que habíamos realizado hasta
el momento, pero sin duda si una de las más gratificantes. Supongo que a todos
nos gusta comprobar que nuestro esfuerzo, más allá de conseguir o no un
certificado, ha merecido la pena. Y tanto que así ha sido en mi caso.
En este sentido, me hizo especial ilusión comprobar cómo había mejorado mi competencia para comunicarme en red. Hasta el momento, mis mensajes habían sido meramente textuales, sin ningún atractivo más allá de una buena redacción. Pero desde el inicio del curso
descubrí lo mucho que me quedaba por aprender en este campo. Fue entonces
cuando empecé a enriquecer mis mensajes con gifs, memes, capturas de pantalla,
etc. Se trataba de conseguir hacer un texto atractivo al ojo humano. Y creo que
después de trabajar mucho en ello, lo he logrado. Os dejo aquí la rúbrica, por
si también vosotros queréis comprobar en qué punto os encontráis. Y si no era
el esperado, no os desaniméis. Pensad que con curiosidad y esfuerzo todos
podemos ser grandes tutores en línea.
Un saludo,
Begoña
No hay comentarios:
Publicar un comentario