lunes, 31 de octubre de 2016

Evaluar, autoevaluar, reflexionar


Y cuándo parecía que ya no quedaba nada por aprender, llegó el cuarto y penúltimo bloque del curso de “Tutores para la Formación en Red” del INTEF. Como ya os vengo contando a lo largo de estos dos últimos meses, en este curso se ha trabajado la competencia comunicativa del tutor y diferentes destrezas como la curación de contenido, la dinamización de eventos en directo o, simplemente, la creación de artefactos digitales, entre otras muchas. Así pues, poco más nos podía quedar por aprender. Pero lo maravilloso de este curso es que siempre te sorprende y a lo largo de las siguientes líneas os seguiré mostrando qué perfil debe tener una persona para ser un buen tutor y cuál ha sido mi evolución durante el curso en relación a las actividades propuestas.

En primer lugar, aprendimos en qué consistía la metodología de los Seis sombreros para pensar de Edward de Bono. Y, por si tú tampoco habías oído hablar nunca de ella, te lo resumo brevemente. Esta metodología que, como bien indica su nombre, se basa en seis sombreros, consiste en asumir roles diferentes a los que normalmente asumimos y que quedan representados en cada uno de ellos. Así, por ejemplo, el rojo representa a aquéllos que actúan y se comunican basándose en sus emociones o intuición, sin necesidad de justificarse; mientras que el negro representa a aquéllos que, por así decirlo, siempre ven el vaso medio vacío, identificando posibles barreras y obstáculos; el blanco, lo hace con las personas que siempre actúan y expresan sus ideas con objetividad y basándose en hechos tangibles, etc. En mi caso, creo que la mayor parte del tiempo y del curso, me ha gustado y me gusta lucir un sombrero blanco o amarillo, por ello ésta era una oportunidad magnífica para probar con mi sombrero antagónico: el negro. Esta actividad fue, al mismo tiempo enriquecedora, pero también un reto. Pensad que se trata de despegarte de tu yo habitual para ser alguien totalmente diferente. Y precisamente por eso, resulta especialmente interesante para tareas grupales o reuniones, favoreciendo el proceso de pensamiento y creación, al permitir que una misma persona aporte sus ideas desde diferentes ópticas. Por si seguís teniendo curiosidad, aquí os dejo un vídeo donde se explica con más detalle.



Seis Sombreros para Pensar - Edward de Bono // Autor: SomosDI 

En segundo lugar, tuvimos que evaluar dos actividades: por un lado, una intervención en un foro y, por otro lado, una actividad entregada por un alumno. No debemos olvidar que este curso nos capacita para ser tutores de cursos en línea y ello implica no sólo tener una buena competencia TIC o ser un buen comunicador, sino también tener la capacidad para evaluar a nuestros “futuros alumnos” y hacerlo de una forma objetiva y razonada - sobre todo esto, para que los alumnos puedan aprender de sus errores y ver reconocidos sus aciertos a modo de refuerzo positivo -. A lo largo del curso habíamos realizado comentarios a las aportaciones que habían ido realizando otros compañeros/as, pero nunca con la obligación de calificarles. Y ese momento había llegado. Puede parecer una tarea tediosa, pero si nos ponemos el sombrero amarillo (optimismo) comprobaremos que también a través de esta acción nosotros mismos aprendemos cosas nuevas de los alumnos.

En tercer lugar, realizamos el “informe final” de la tutoría. Seguíamos, pues, actuando como tutores y no como los alumnos que somos. Se trataba de rellenar el informe que al final de cada curso ha de rellenar un tutor del INTEF con todos los aspectos que destacaría – positivos o negativos –, utilidad del curso para los alumnos, trabajos que destacaría… Después de todo lo visto hasta el momento, ¿todavía pensabais que la labor de un tutor se limitaba únicamente a supervisar? Bajo mi punto de vista, se trata de una de las actividades más complejas, porque requiere de un buen análisis que de valor a todo lo hecho durante el curso.

Y, por último, completamos de nuevo nuestra autoevaluación sobre nuestra competencia para ser tutores en línea. Se trataba de comprobar cuál había sido nuestro progreso a lo largo del curso y, una vez completado, realizar una pequeña reflexión en un foro abierto para tal efecto. Quizás no fuera la actividad más creativa que habíamos realizado hasta el momento, pero sin duda si una de las más gratificantes. Supongo que a todos nos gusta comprobar que nuestro esfuerzo, más allá de conseguir o no un certificado, ha merecido la pena. Y tanto que así ha sido en mi caso.

En este sentido, me hizo especial ilusión comprobar cómo había mejorado mi competencia para comunicarme en red. Hasta el momento, mis mensajes habían sido meramente textuales, sin ningún atractivo más allá de una buena redacción. Pero desde el inicio del curso descubrí lo mucho que me quedaba por aprender en este campo. Fue entonces cuando empecé a enriquecer mis mensajes con gifs, memes, capturas de pantalla, etc. Se trataba de conseguir hacer un texto atractivo al ojo humano. Y creo que después de trabajar mucho en ello, lo he logrado. Os dejo aquí la rúbrica, por si también vosotros queréis comprobar en qué punto os encontráis. Y si no era el esperado, no os desaniméis. Pensad que con curiosidad y esfuerzo todos podemos ser grandes tutores en línea.

¡Nos vemos en las redes! @Bego_Ortega  #Tutor_INTEF

Un saludo,

Begoña




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