Después de un tiempo desaparecida, vuelvo y lo hago para hablaros del nuevo NOOC en el que he participado: "Navega por la información" del INTEF, y que finaliza hoy (lunes 12 de diciembre).
En esta ocasión se trataba de aprender a optimizar nuestras búsquedas de información en la Red, una competencia que nos puede ahorrar horas de esfuerzo, especialmente, cuando se trata de temas ampliamente tratados y queremos ir directos al grano, evitando la tan temida "infoxicación".
Con este fin, a lo largo del NOOC hemos aprendido diferentes estrategias, como pueden ser el uso de operadores avanzados o a crear alertas.
Os dejo aquí una infografía por si os pudiera resultar de ayuda también a vosotros:
Como siempre, para conseguir la insignia que certifica nuestro aprendizaje, teníamos que realizar un artefacto, que en este caso reflejara una estrategia de búsqueda. Y aquí os dejo el resultado:
Otra vez aparezco por aquí, y no para contaros mi evolución con el curso de "Tutores para la Formación en Red", ese curso ya se acabó y conseguí mi certificado y, lo que sin duda me hizo más ilusión, mi primera INSIGNIA :)
Pero como os decía, esta vez se trata de otro curso: el NOOC de "Protégete en la Red" del INTEF. ¿Todavía no sabéis qué son los NOOC? Los NOOC son como muchas veces se les ha llamado, los hermanos pequeños de los MOOC. Es decir, Cursos Masivos Abiertos en Línea, pero en formato mini en los que trabajas un elemento clave de una competencia, una destreza o un área de conocimiento.
Como parte de este NOOC se nos pedía que realizáramos una infografía en la que reflexionáramos sobre los peligros de compartir información en la red, y aquí va la mía.
Y ahora sí y como se suele decir,
todo lo bueno llega a su fin. Y no diré que fue sencillo, porque detrás de ésta
y otras entradas se esconden muchas horas de trabajo, pero sí que mereció la
pena. Y, al fin y al cabo, ese es el recuerdo que nos queda cuando pasa el
tiempo.
Pero para no dejarme nada, iré
por partes. Como creo que ya he comentado en otras ocasiones, empecé el curso
con ganas – reconozco que el hecho de que fuera gestionado por el área del
INTEF en el que trabajo actualmente como becaria algo tuvo que ver –, pero también
con la incertidumbre de no saber si estaría a la altura. Las semanas fueron pasando
y poco a poco, como habéis podido ir observando, fuimos conociéndonos un poco
más y de inmediato, deslavazando cuales debían de ser las destrezas y/o
habilidades que debía poseer todo buen tutor de formación online.
Empezamos con las infografías, a
las que terminaríamos recurriendo en diferentes ocasiones a lo largo del curso –
y para las que reconozco no tengo un don especial, ¡qué se le va a hacer! –. También
nos abrimos un e-portfolio, que como podéis comprobar en mi caso fue alojado en
la plataforma de Blogger, mientras que algunos de mis compañeros optaron por
Wordpress. No seré yo quien ponga en duda que la estética de esta última es
mejor, pero también es verdad que para una novata en este mundillo como era yo,
la opción más sencilla para empezar era por la que finalmente me decidí. Pero
no se trataba sólo de aprender a hacer infografías o publicar periódicamente un
par de entradas en nuestro blog, este curso va mucho más allá. Así pues, poco a
poco fuimos aprendiendo cómo debe de ser la comunicación de un tutor en línea
con sus alumnos, cómo dinamizar un evento en directo, cómo curar contenido, cómo
trabajar de forma colaborativa en línea, qué era el PLE y cuál era el nuestro, qué
es Procomún y su valor pedagógico, cómo se realiza un informe final de tutoría
o qué series nos gustan más. Porque sí, los cursos en línea están orientados a
la adquisición de nuevos contenidos y competencias, pero también cuentan con un
espacio más informal, donde entablar una conversación más relajada con el grupo:
la cafetería.
¿Y qué me llevo de todo esto? Me
llevo algo que no son ni herramientas ni contenidos, que al fin y al cabo
podemos encontrar surfeando la red, y es un gran ejemplo de tutora: Belén Rojas
(@BRojasRuiz). Es el vivo ejemplo de que la ilusión por lo que haces puede llegar
a alcanzar, incluso, a aquéllos que inicialmente se mostraban reticentes a hacer
el curso, y de hacer que, con sus palabras de aliento, también aquéllos que estábamos
interesados no nos relajáramos en momentos determinados. A ti, que sé que leerás
estas líneas la primera: GRACIAS:)
Retomando los aprendizajes anteriormente
aludidos, y por lo que respecta a la aplicabilidad que todo ello puede tener en
mi futuro inmediato y el que no lo es tanto, destacar la curiosidad por seguir
formándome en este campo de la tutoría en línea. Como docente de profesión confío
firmemente en el aprendizaje continuo, y en esta ocasión no iba a ser menos ;)
Y quién sabe si algún día, tú, que estás leyendo estas líneas podrás ser uno de
mis tutorandos. El tiempo dirá…
¡Por cierto! Os había dicho unas
líneas más arriba que no se me daba especialmente bien hacer infografías, y no
os mentía. Pero también os he contado muchas veces lo que me gusta superarme.
Por eso he realizado una infografía para poner el broche final a este curso o,
mejor dicho, a mi paso por él.
Y cuándo parecía que ya no quedaba
nada por aprender, llegó el cuarto y penúltimo bloque del curso de “Tutores
para la Formación en Red” del INTEF. Como ya os vengo contando a lo largo de
estos dos últimos meses, en este curso se ha trabajado la competencia
comunicativa del tutor y diferentes destrezas como la curación de contenido, la
dinamización de eventos en directo o, simplemente, la creación de artefactos
digitales, entre otras muchas. Así pues, poco más nos podía quedar por
aprender. Pero lo maravilloso de este curso es que siempre te sorprende y a lo
largo de las siguientes líneas os seguiré mostrando qué perfil debe tener una
persona para ser un buen tutor y cuál ha sido mi evolución durante el curso en relación
a las actividades propuestas.
En primer lugar, aprendimos en
qué consistía la metodología de los Seis sombreros para pensar de Edward de Bono. Y, por si tú tampoco habías oído
hablar nunca de ella, te lo resumo brevemente. Esta metodología que, como bien
indica su nombre, se basa en seis sombreros, consiste en asumir roles diferentes
a los que normalmente asumimos y que quedan representados en cada uno de ellos.
Así, por ejemplo, el rojo representa a aquéllos que actúan y se comunican
basándose en sus emociones o intuición, sin necesidad de justificarse; mientras
que el negro representa a aquéllos que, por así decirlo, siempre ven el vaso
medio vacío, identificando posibles barreras y obstáculos; el blanco, lo hace con las personas que siempre actúan y expresan
sus ideas con objetividad y basándose en hechos tangibles, etc. En mi caso,
creo que la mayor parte del tiempo y del curso, me ha gustado y me gusta lucir un sombrero
blanco o amarillo, por ello ésta era una oportunidad magnífica para probar con
mi sombrero antagónico: el negro. Esta actividad fue, al mismo tiempo enriquecedora,
pero también un reto. Pensad que se trata de despegarte de tu yo habitual para
ser alguien totalmente diferente. Y precisamente por eso, resulta especialmente
interesante para tareas grupales o reuniones, favoreciendo el proceso de pensamiento
y creación, al permitir que una misma persona aporte sus ideas desde diferentes
ópticas. Por si seguís teniendo curiosidad, aquí os dejo un vídeo donde se
explica con más detalle.
En segundo lugar, tuvimos queevaluar dos actividades: por un lado, una intervención en un foro y, por
otro lado, una actividad entregada por un alumno. No debemos olvidar que este
curso nos capacita para ser tutores de cursos en línea y ello implica no sólo
tener una buena competencia TIC o ser un buen comunicador, sino también tener
la capacidad para evaluar a nuestros “futuros alumnos” y hacerlo de una forma
objetiva y razonada - sobre todo esto, para que los alumnos puedan aprender de
sus errores y ver reconocidos sus aciertos a modo de refuerzo positivo -. A lo
largo del curso habíamos realizado comentarios a las aportaciones que habían
ido realizando otros compañeros/as, pero nunca con la obligación de
calificarles. Y ese momento había llegado. Puede parecer una tarea tediosa,
pero si nos ponemos el sombrero amarillo (optimismo) comprobaremos que también
a través de esta acción nosotros mismos aprendemos cosas nuevas de los alumnos.
En tercer lugar, realizamos el “informe
final” de la tutoría. Seguíamos, pues, actuando como tutores y no como los
alumnos que somos. Se trataba de rellenar el informe que al final de cada curso
ha de rellenar un tutor del INTEF con todos los aspectos que destacaría –
positivos o negativos –, utilidad del curso para los alumnos, trabajos que
destacaría… Después de todo lo visto hasta el momento, ¿todavía pensabais que
la labor de un tutor se limitaba únicamente a supervisar? Bajo mi punto de
vista, se trata de una de las actividades más complejas, porque requiere de un
buen análisis que de valor a todo lo hecho durante el curso.
Y, por último, completamos de nuevo
nuestra autoevaluación sobre nuestra competencia para ser tutores en línea. Se
trataba de comprobar cuál había sido nuestro progreso a lo largo del curso y,
una vez completado, realizar una pequeña reflexión en un foro abierto para tal
efecto. Quizás no fuera la actividad más creativa que habíamos realizado hasta
el momento, pero sin duda si una de las más gratificantes. Supongo que a todos
nos gusta comprobar que nuestro esfuerzo, más allá de conseguir o no un
certificado, ha merecido la pena. Y tanto que así ha sido en mi caso.
En este sentido, me hizo especial ilusión comprobar cómo había mejorado mi competencia para comunicarme en red. Hasta el momento, mis mensajes habían sido meramente textuales, sin ningún atractivo más allá de una buena redacción. Pero desde el inicio del curso
descubrí lo mucho que me quedaba por aprender en este campo. Fue entonces
cuando empecé a enriquecer mis mensajes con gifs, memes, capturas de pantalla,
etc. Se trataba de conseguir hacer un texto atractivo al ojo humano. Y creo que
después de trabajar mucho en ello, lo he logrado. Os dejo aquí la rúbrica, por
si también vosotros queréis comprobar en qué punto os encontráis. Y si no era
el esperado, no os desaniméis. Pensad que con curiosidad y esfuerzo todos
podemos ser grandes tutores en línea.
Como diría la canción “Curando
voy, dinamizando vengo, vengo… por el camino yo no me entretengo….”, ¿o no era
así? Bueno a lo que iba, en esta nueva entrada me gustaría seguiros informando de mis avances con el curso ya en varias ocasiones mencionado:
“Tutores para la Formación en Red” del INTEF.
En esta ocasión se trata del
Bloque 3, en el que la actividad se centraba en las labores de curación de
contenido y dinamización. ¿Y cómo hemos trabajado esas nuevas competencias,
totalmente nuevas para mí hasta hace poco? Las actividades eran nuevamente
variadas, había que aprender nuevos contenidos y dar pie al proceso de
asimilación. Por ello la primera tarea consistía en intervenir en Procomún. ¿No sabéis qué es? Pues
atento, Procomún es un espacio educativo donde no sólo puedes encontrar y subir
Recursos digitales Educativos Abiertos (REA), sino también comunidades
temáticas donde puedes interactuar con otros compañeros.
Para empezar a probar la
plataforma, era suficiente con intervenir en tres hilos: “Las cualidades
humanas del tutor”, “El pensamiento positivo” y “El currículum oculto”, dentro
de la comunidad de “Tutores para la Formación en Red”. Allí pude profundizar,
sobre todo en los dos últimos temas, de los que reconozco mi conocimiento era
justo, por no decir nulo… Y, al mismo tiempo, y ya con algo más de conocimiento
de causa, hacer mis reflexiones sobre los tres temas. Aquí os dejo los enlaces
por si también a vosotros os pica la curiosidad y queréis conocer más a través
de las reflexiones realizadas por grandes profesionales.
En la segunda tarea no me
entretendré, que ya lo hice en la entrada anterior "¿Y si le damos la vuelta a los cursos tutorizados en línea?" Pero
sí en la tercera: curación de contenido relevante. El tema estaba claro: las
emociones y las inteligencias emocionales – un tema de gran actualidad – , pero
para la herramienta teníamos libertad total. Y yo me decanté por List.ly. Había recurrido a ella en
diferentes ocasiones, pero nunca me había decidido a hacer mis aportaciones.
Así que seguí los pasos de todo buen curador de contenidos: 1) buscar y filtrar
contenido, 2) organizar la información, 3) darle valor, 4) compartir la
información y, por último, 5) crear contenido. Y este es el resultado:
Y, finalmente, la última de las
tareas consistía en mostrar nuestro PLE. Para aquellos que no estáis familiarizados
con estas siglas, el PLE es el Personal
Learning Environment o, traducido a la española, nuestro Entorno Personal
de Aprendizaje. Tampoco aquí dudé de la herramienta que debía utilizar, ya que
era mi oportunidad para trastear (una
palabra que nos gusta utilizar mucho en el curso) con Symbaloo. Esta herramienta permite crear
webmixes, donde insertar tus páginas web favoritas o al menos, las que mayor
interés revierten para tu proceso de aprendizaje. Aquí os dejo el mío.
Espero que más allá de mis breves
reflexiones, si algún día os topáis con este blog, os pueda servir de ayuda y
guía para conocer más de cerca cuáles son las competencias que debe tener un
tutor.
El blog no se detiene y esta vez
os escribo para compartir con vosotros/as la segunda actividad colaborativa que
tuvimos que llevar a cabo durante el curso de “Tutores para la Formación en Red”
del INTEF.
Esta vez la tarea consistía en
realizar un evento en directo en el que participaran, cada uno en el rol
consensuado, todos los miembros del equipo. El tema era libre, por ello
nosotros, no sin darle antes unas cuantas vueltas, nos decidimos por mostrar
todos los actores que intervienen en un curso tutorizado en línea. La idea era
mostrar las tareas que desempeña un tutor, pero también el trabajo previo a la
puesta en marcha del curso y la visión de los alumnos que los cursan. Era un
reto difícil, pero creíamos que el tema podría ser de gran interés para
aquéllos que sólo conocen cuál es el papel del alumno y, que el resultado bien
merecería el esfuerzo que íbamos a hacer. Y tanto que así fue.
A lo largo de dos semanas
celebramos diferentes reuniones presenciales y debates a través del foro
proporcionado para la tarea, en los que fijamos los diferentes ejes de
actuación:
Elaboración de material gráfico para la difusión
del evento: banner, vídeos publicados en el canal de YouTube, etc.
Difusión del evento: a través de nuestros
perfiles privados; de un perfil creado para el evento en Twitter (@TutorDelReves) y Facebook;
del hashtag del curso (#Tutor_INTEF) y del creado para el evento
(#Tutordelreves), canales oficiales (@educaINTEF y @educalab), post en el blog de Aprende INTEF, etc.
Búsqueda de ponentes que pudieran proporcionar
los puntos de vista en los que estábamos interesados.
Y, finalmente, llegó el gran día.
Los nervios normales por confiar en que un fallo técnico no desluciría el trabajo
que se había realizado, fueron minimizados al saber que en el evento
participarían grandes expertos en el tema:
Mª Jesús (@mjgsm): Jefe de Área de Formación en Red
y Redes Sociales del INTEF.
Belén Rojas (@BRojasRuiz): Tutora de cursos de
formación en línea.
Alejandro González (@alejandroglezf): técnico experto en e-Learning.
A los que se sumaba nuestro
equipo:
José Antonio Márquez (@A_Marquez_A): moderador del
evento.
Daniel Jurado (@Daniki88): moderador auxiliar del
evento.
El evento concluyó con cerca de
100 visualizaciones en directo, cifra que ha aumentado en los días siguientes
al evento, gracias a la labor de difusión que se ha continuado haciendo del
mismo, especialmente, a través del Twitter.
Además, si queréis conocer de
forma más detallada cual fue la difusión del evento en las redes sociales y la
participación externa que hubo – preguntas antes y durante el evento, etc. –
podéis ojear el Storify que se hizo concluido el mismo.
Finalmente, me gustaría resaltar
brevemente el aprendizaje que se desprende de esta actividad. Por un lado, cabe
señalar que al trabajar con el mismo equipo en esta segunda tarea, la dinámica
de trabajo ya estaba creada y eso agilizaba considerablemente las tareas a
realizar. Por otro lado, los nervios de realizar el primer evento en directo
han dejado paso a la curiosidad por seguir participando en más, no sólo como
espectador sino también como ponente. Y, por último, la certeza ya constatada
en la primera tarea colaborativa, de que los trabajos grupales pueden ser una
gran fuente de conocimiento y aprendizaje, en vez del dolor de cabeza que
siempre se les presupone, si hay un gran equipo humano y esfuerzo de por medio.
Y cuando pensabais que se habían
acabado las novedades y los avances vuelvo a hacer acto de presencia y lo hago
para seguiros contando mi evolución en el curso.
En esta ocasión, el bloque 2
centraba la atención en la figura del tutor y, de forma específica, en su labor
de comunicación. Por ello, las actividades se centraron en saber cómo abordar
la comunicación con nuestros posibles alumnos, distinguiendo entre la
comunicación sincrónica y asincrónica y entre la mensajería pública y privada;
en los tipos de alumnos que nos podemos encontrar; y, en la elaboración de
rúbricas para evaluar las diferentes tareas.
La verdad es que si me ha costado
tanto escribir esta entrada, es porque detrás de este breve resumen se esconden
no sólo muchas horas de trabajo, sino también un proyecto que empezó como fruto
de la ilusión y las ganas de trabajar de un equipo de seis personas, y que
concluyó en la elaboración de un producto que ha tenido una gran aceptación y
difusión. Se trata de una revista digital en la que clasificamos a los
diferentes alumnos que podemos encontrar en un curso tutorizado en línea y las
correspondientes intervenciones tutoriales para cada uno de ellos. Por si
queréis echarlo un ojo, aquí os dejo el enlace y la portada.
Pero como os decía, no fue la
única actividad que teníamos que desarrollar. En este sentido me gustaría
destacar el hincapié que se hizo en distinguir, correctamente, entre
comunicación privada y pública. Quizás la mejor respuesta sea actuar siguiendo
el sentido común, pero lo cierto es que la tutoría en línea exige pequeños
matices. Si queremos evitar el sentimiento de aislamiento que puede
acompañarnos cuando realizamos un curso en línea, debemos ser capaces de hacer
interactuar al conjunto de los alumnos con los restantes. Una tarea nada fácil
que podemos conseguir a través de los foros, de ahí la importancia de
distinguir con claridad el tipo de mensaje y privacidad que merece cada
situación. El tutor tiene gran parte de esta responsabilidad, pero no es la
única. Un tutor debe de ser capaz de tener empatía, el don de la comunicación
para hacerse entender de una forma clara y concisa – tampoco se trata de
aburrir a los alumnos con cada mensaje, sino de transmitir con las palabras necesarias
– y, sobre todo, muchas ganas de seguir aprendiendo con sus alumnos – porque sí,
los tutores también aprenden de sus tutorandos –.
Y, por último, me gustaría hacer
referencia a la última de las actividades requeridas: la rúbrica. Actualmente,
la palabra rúbrica se ha extendido exponencialmente en el ámbito educativo. Las
rúbricas, de una forma quizás demasiado simplista, podrían definirse como una
herramienta que permite realizar una evaluación más objetiva y detallada en
comparación con la evaluación tradicional. Al igual que he hecho con la
revista, también aquí os dejo la rúbrica que realicé para la evaluación de una
actividad individual.