lunes, 31 de octubre de 2016

It`s the final countdown

Y ahora sí y como se suele decir, todo lo bueno llega a su fin. Y no diré que fue sencillo, porque detrás de ésta y otras entradas se esconden muchas horas de trabajo, pero sí que mereció la pena. Y, al fin y al cabo, ese es el recuerdo que nos queda cuando pasa el tiempo.

Pero para no dejarme nada, iré por partes. Como creo que ya he comentado en otras ocasiones, empecé el curso con ganas – reconozco que el hecho de que fuera gestionado por el área del INTEF en el que trabajo actualmente como becaria algo tuvo que ver –, pero también con la incertidumbre de no saber si estaría a la altura. Las semanas fueron pasando y poco a poco, como habéis podido ir observando, fuimos conociéndonos un poco más y de inmediato, deslavazando cuales debían de ser las destrezas y/o habilidades que debía poseer todo buen tutor de formación online.

Empezamos con las infografías, a las que terminaríamos recurriendo en diferentes ocasiones a lo largo del curso – y para las que reconozco no tengo un don especial, ¡qué se le va a hacer! –. También nos abrimos un e-portfolio, que como podéis comprobar en mi caso fue alojado en la plataforma de Blogger, mientras que algunos de mis compañeros optaron por Wordpress. No seré yo quien ponga en duda que la estética de esta última es mejor, pero también es verdad que para una novata en este mundillo como era yo, la opción más sencilla para empezar era por la que finalmente me decidí. Pero no se trataba sólo de aprender a hacer infografías o publicar periódicamente un par de entradas en nuestro blog, este curso va mucho más allá. Así pues, poco a poco fuimos aprendiendo cómo debe de ser la comunicación de un tutor en línea con sus alumnos, cómo dinamizar un evento en directo, cómo curar contenido, cómo trabajar de forma colaborativa en línea, qué era el PLE y cuál era el nuestro, qué es Procomún y su valor pedagógico, cómo se realiza un informe final de tutoría o qué series nos gustan más. Porque sí, los cursos en línea están orientados a la adquisición de nuevos contenidos y competencias, pero también cuentan con un espacio más informal, donde entablar una conversación más relajada con el grupo: la cafetería.

¿Y qué me llevo de todo esto? Me llevo algo que no son ni herramientas ni contenidos, que al fin y al cabo podemos encontrar surfeando la red, y es un gran ejemplo de tutora: Belén Rojas (@BRojasRuiz). Es el vivo ejemplo de que la ilusión por lo que haces puede llegar a alcanzar, incluso, a aquéllos que inicialmente se mostraban reticentes a hacer el curso, y de hacer que, con sus palabras de aliento, también aquéllos que estábamos interesados no nos relajáramos en momentos determinados. A ti, que sé que leerás estas líneas la primera: GRACIAS :)

Retomando los aprendizajes anteriormente aludidos, y por lo que respecta a la aplicabilidad que todo ello puede tener en mi futuro inmediato y el que no lo es tanto, destacar la curiosidad por seguir formándome en este campo de la tutoría en línea. Como docente de profesión confío firmemente en el aprendizaje continuo, y en esta ocasión no iba a ser menos ;) Y quién sabe si algún día, tú, que estás leyendo estas líneas podrás ser uno de mis tutorandos. El tiempo dirá…

¡Por cierto! Os había dicho unas líneas más arriba que no se me daba especialmente bien hacer infografías, y no os mentía. Pero también os he contado muchas veces lo que me gusta superarme. Por eso he realizado una infografía para poner el broche final a este curso o, mejor dicho, a mi paso por él.


Elaboración propia - CC BY NC SA 3.0

Y, ahora sí, ¡hasta pronto! Nos vemos en las redes ;) @Bego_Ortega #Tutor_INTEF


Begoña :)

Evaluar, autoevaluar, reflexionar


Y cuándo parecía que ya no quedaba nada por aprender, llegó el cuarto y penúltimo bloque del curso de “Tutores para la Formación en Red” del INTEF. Como ya os vengo contando a lo largo de estos dos últimos meses, en este curso se ha trabajado la competencia comunicativa del tutor y diferentes destrezas como la curación de contenido, la dinamización de eventos en directo o, simplemente, la creación de artefactos digitales, entre otras muchas. Así pues, poco más nos podía quedar por aprender. Pero lo maravilloso de este curso es que siempre te sorprende y a lo largo de las siguientes líneas os seguiré mostrando qué perfil debe tener una persona para ser un buen tutor y cuál ha sido mi evolución durante el curso en relación a las actividades propuestas.

En primer lugar, aprendimos en qué consistía la metodología de los Seis sombreros para pensar de Edward de Bono. Y, por si tú tampoco habías oído hablar nunca de ella, te lo resumo brevemente. Esta metodología que, como bien indica su nombre, se basa en seis sombreros, consiste en asumir roles diferentes a los que normalmente asumimos y que quedan representados en cada uno de ellos. Así, por ejemplo, el rojo representa a aquéllos que actúan y se comunican basándose en sus emociones o intuición, sin necesidad de justificarse; mientras que el negro representa a aquéllos que, por así decirlo, siempre ven el vaso medio vacío, identificando posibles barreras y obstáculos; el blanco, lo hace con las personas que siempre actúan y expresan sus ideas con objetividad y basándose en hechos tangibles, etc. En mi caso, creo que la mayor parte del tiempo y del curso, me ha gustado y me gusta lucir un sombrero blanco o amarillo, por ello ésta era una oportunidad magnífica para probar con mi sombrero antagónico: el negro. Esta actividad fue, al mismo tiempo enriquecedora, pero también un reto. Pensad que se trata de despegarte de tu yo habitual para ser alguien totalmente diferente. Y precisamente por eso, resulta especialmente interesante para tareas grupales o reuniones, favoreciendo el proceso de pensamiento y creación, al permitir que una misma persona aporte sus ideas desde diferentes ópticas. Por si seguís teniendo curiosidad, aquí os dejo un vídeo donde se explica con más detalle.



Seis Sombreros para Pensar - Edward de Bono // Autor: SomosDI 

En segundo lugar, tuvimos que evaluar dos actividades: por un lado, una intervención en un foro y, por otro lado, una actividad entregada por un alumno. No debemos olvidar que este curso nos capacita para ser tutores de cursos en línea y ello implica no sólo tener una buena competencia TIC o ser un buen comunicador, sino también tener la capacidad para evaluar a nuestros “futuros alumnos” y hacerlo de una forma objetiva y razonada - sobre todo esto, para que los alumnos puedan aprender de sus errores y ver reconocidos sus aciertos a modo de refuerzo positivo -. A lo largo del curso habíamos realizado comentarios a las aportaciones que habían ido realizando otros compañeros/as, pero nunca con la obligación de calificarles. Y ese momento había llegado. Puede parecer una tarea tediosa, pero si nos ponemos el sombrero amarillo (optimismo) comprobaremos que también a través de esta acción nosotros mismos aprendemos cosas nuevas de los alumnos.

En tercer lugar, realizamos el “informe final” de la tutoría. Seguíamos, pues, actuando como tutores y no como los alumnos que somos. Se trataba de rellenar el informe que al final de cada curso ha de rellenar un tutor del INTEF con todos los aspectos que destacaría – positivos o negativos –, utilidad del curso para los alumnos, trabajos que destacaría… Después de todo lo visto hasta el momento, ¿todavía pensabais que la labor de un tutor se limitaba únicamente a supervisar? Bajo mi punto de vista, se trata de una de las actividades más complejas, porque requiere de un buen análisis que de valor a todo lo hecho durante el curso.

Y, por último, completamos de nuevo nuestra autoevaluación sobre nuestra competencia para ser tutores en línea. Se trataba de comprobar cuál había sido nuestro progreso a lo largo del curso y, una vez completado, realizar una pequeña reflexión en un foro abierto para tal efecto. Quizás no fuera la actividad más creativa que habíamos realizado hasta el momento, pero sin duda si una de las más gratificantes. Supongo que a todos nos gusta comprobar que nuestro esfuerzo, más allá de conseguir o no un certificado, ha merecido la pena. Y tanto que así ha sido en mi caso.

En este sentido, me hizo especial ilusión comprobar cómo había mejorado mi competencia para comunicarme en red. Hasta el momento, mis mensajes habían sido meramente textuales, sin ningún atractivo más allá de una buena redacción. Pero desde el inicio del curso descubrí lo mucho que me quedaba por aprender en este campo. Fue entonces cuando empecé a enriquecer mis mensajes con gifs, memes, capturas de pantalla, etc. Se trataba de conseguir hacer un texto atractivo al ojo humano. Y creo que después de trabajar mucho en ello, lo he logrado. Os dejo aquí la rúbrica, por si también vosotros queréis comprobar en qué punto os encontráis. Y si no era el esperado, no os desaniméis. Pensad que con curiosidad y esfuerzo todos podemos ser grandes tutores en línea.

¡Nos vemos en las redes! @Bego_Ortega  #Tutor_INTEF

Un saludo,

Begoña




jueves, 27 de octubre de 2016

Curando voy, dinamizando vengo...

Como diría la canción “Curando voy, dinamizando vengo, vengo… por el camino yo no me entretengo….”, ¿o no era así? Bueno a lo que iba, en esta nueva entrada me gustaría seguiros informando de mis avances con el curso ya en varias ocasiones mencionado: “Tutores para la Formación en Red” del INTEF.

En esta ocasión se trata del Bloque 3, en el que la actividad se centraba en las labores de curación de contenido y dinamización. ¿Y cómo hemos trabajado esas nuevas competencias, totalmente nuevas para mí hasta hace poco? Las actividades eran nuevamente variadas, había que aprender nuevos contenidos y dar pie al proceso de asimilación. Por ello la primera tarea consistía en intervenir en Procomún. ¿No sabéis qué es? Pues atento, Procomún es un espacio educativo donde no sólo puedes encontrar y subir Recursos digitales Educativos Abiertos (REA), sino también comunidades temáticas donde puedes interactuar con otros compañeros.

Para empezar a probar la plataforma, era suficiente con intervenir en tres hilos: “Las cualidades humanas del tutor”, “El pensamiento positivo” y “El currículum oculto”, dentro de la comunidad de “Tutores para la Formación en Red”. Allí pude profundizar, sobre todo en los dos últimos temas, de los que reconozco mi conocimiento era justo, por no decir nulo… Y, al mismo tiempo, y ya con algo más de conocimiento de causa, hacer mis reflexiones sobre los tres temas. Aquí os dejo los enlaces por si también a vosotros os pica la curiosidad y queréis conocer más a través de las reflexiones realizadas por grandes profesionales.

En la segunda tarea no me entretendré, que ya lo hice en la entrada anterior "¿Y si le damos la vuelta a los cursos tutorizados en línea?" Pero sí en la tercera: curación de contenido relevante. El tema estaba claro: las emociones y las inteligencias emocionales – un tema de gran actualidad – , pero para la herramienta teníamos libertad total. Y yo me decanté por List.ly. Había recurrido a ella en diferentes ocasiones, pero nunca me había decidido a hacer mis aportaciones. Así que seguí los pasos de todo buen curador de contenidos: 1) buscar y filtrar contenido, 2) organizar la información, 3) darle valor, 4) compartir la información y, por último, 5) crear contenido. Y este es el resultado:



Y, finalmente, la última de las tareas consistía en mostrar nuestro PLE. Para aquellos que no estáis familiarizados con estas siglas, el PLE es el Personal Learning Environment o, traducido a la española, nuestro Entorno Personal de Aprendizaje. Tampoco aquí dudé de la herramienta que debía utilizar, ya que era mi oportunidad para trastear (una palabra que nos gusta utilizar mucho en el curso) con Symbaloo. Esta herramienta permite crear webmixes, donde insertar tus páginas web favoritas o al menos, las que mayor interés revierten para tu proceso de aprendizaje. Aquí os dejo el mío.


PLE - Symbaloo

Espero que más allá de mis breves reflexiones, si algún día os topáis con este blog, os pueda servir de ayuda y guía para conocer más de cerca cuáles son las competencias que debe tener un tutor.

¡Nos vemos en las redes! @Bego_Ortega #Tutor_INTEF

Un saludo,


Begoña :)

lunes, 24 de octubre de 2016

¿Y si le damos la vuelta a los cursos tutorizados en línea?




El blog no se detiene y esta vez os escribo para compartir con vosotros/as la segunda actividad colaborativa que tuvimos que llevar a cabo durante el curso de “Tutores para la Formación en Red” del INTEF.

Esta vez la tarea consistía en realizar un evento en directo en el que participaran, cada uno en el rol consensuado, todos los miembros del equipo. El tema era libre, por ello nosotros, no sin darle antes unas cuantas vueltas, nos decidimos por mostrar todos los actores que intervienen en un curso tutorizado en línea. La idea era mostrar las tareas que desempeña un tutor, pero también el trabajo previo a la puesta en marcha del curso y la visión de los alumnos que los cursan. Era un reto difícil, pero creíamos que el tema podría ser de gran interés para aquéllos que sólo conocen cuál es el papel del alumno y, que el resultado bien merecería el esfuerzo que íbamos a hacer. Y tanto que así fue.

A lo largo de dos semanas celebramos diferentes reuniones presenciales y debates a través del foro proporcionado para la tarea, en los que fijamos los diferentes ejes de actuación:
  • Elaboración de material gráfico para la difusión del evento: banner, vídeos publicados en el canal de YouTube, etc. 
  • Difusión del evento: a través de nuestros perfiles privados; de un perfil creado para el evento en Twitter (@TutorDelReves) y Facebook; del hashtag del curso (#Tutor_INTEF) y del creado para el evento (#Tutordelreves), canales oficiales (@educaINTEF y @educalab), post en el blog de Aprende INTEF, etc.
  • Búsqueda de ponentes que pudieran proporcionar los puntos de vista en los que estábamos interesados.



Y, finalmente, llegó el gran día. Los nervios normales por confiar en que un fallo técnico no desluciría el trabajo que se había realizado, fueron minimizados al saber que en el evento participarían grandes expertos en el tema:
  • Mª Jesús (@mjgsm): Jefe de Área de Formación en Red y Redes Sociales del INTEF.
  • Belén Rojas (@BRojasRuiz): Tutora de cursos de formación en línea.
  • Alejandro González (@alejandroglezf): técnico experto en e-Learning.

A los que se sumaba nuestro equipo:


El evento concluyó con cerca de 100 visualizaciones en directo, cifra que ha aumentado en los días siguientes al evento, gracias a la labor de difusión que se ha continuado haciendo del mismo, especialmente, a través del Twitter.

Además, si queréis conocer de forma más detallada cual fue la difusión del evento en las redes sociales y la participación externa que hubo – preguntas antes y durante el evento, etc. – podéis ojear el Storify que se hizo concluido el mismo.


Finalmente, me gustaría resaltar brevemente el aprendizaje que se desprende de esta actividad. Por un lado, cabe señalar que al trabajar con el mismo equipo en esta segunda tarea, la dinámica de trabajo ya estaba creada y eso agilizaba considerablemente las tareas a realizar. Por otro lado, los nervios de realizar el primer evento en directo han dejado paso a la curiosidad por seguir participando en más, no sólo como espectador sino también como ponente. Y, por último, la certeza ya constatada en la primera tarea colaborativa, de que los trabajos grupales pueden ser una gran fuente de conocimiento y aprendizaje, en vez del dolor de cabeza que siempre se les presupone, si hay un gran equipo humano y esfuerzo de por medio.

¡Nos vemos en las redes! #Tutor_INTEF @Bego_Ortega

Un saludo,

Begoña :)


sábado, 22 de octubre de 2016

Comunicar no sólo es hablar :)

Y cuando pensabais que se habían acabado las novedades y los avances vuelvo a hacer acto de presencia y lo hago para seguiros contando mi evolución en el curso.
En esta ocasión, el bloque 2 centraba la atención en la figura del tutor y, de forma específica, en su labor de comunicación. Por ello, las actividades se centraron en saber cómo abordar la comunicación con nuestros posibles alumnos, distinguiendo entre la comunicación sincrónica y asincrónica y entre la mensajería pública y privada; en los tipos de alumnos que nos podemos encontrar; y, en la elaboración de rúbricas para evaluar las diferentes tareas.
La verdad es que si me ha costado tanto escribir esta entrada, es porque detrás de este breve resumen se esconden no sólo muchas horas de trabajo, sino también un proyecto que empezó como fruto de la ilusión y las ganas de trabajar de un equipo de seis personas, y que concluyó en la elaboración de un producto que ha tenido una gran aceptación y difusión. Se trata de una revista digital en la que clasificamos a los diferentes alumnos que podemos encontrar en un curso tutorizado en línea y las correspondientes intervenciones tutoriales para cada uno de ellos. Por si queréis echarlo un ojo, aquí os dejo el enlace y la portada.



Pero como os decía, no fue la única actividad que teníamos que desarrollar. En este sentido me gustaría destacar el hincapié que se hizo en distinguir, correctamente, entre comunicación privada y pública. Quizás la mejor respuesta sea actuar siguiendo el sentido común, pero lo cierto es que la tutoría en línea exige pequeños matices. Si queremos evitar el sentimiento de aislamiento que puede acompañarnos cuando realizamos un curso en línea, debemos ser capaces de hacer interactuar al conjunto de los alumnos con los restantes. Una tarea nada fácil que podemos conseguir a través de los foros, de ahí la importancia de distinguir con claridad el tipo de mensaje y privacidad que merece cada situación. El tutor tiene gran parte de esta responsabilidad, pero no es la única. Un tutor debe de ser capaz de tener empatía, el don de la comunicación para hacerse entender de una forma clara y concisa – tampoco se trata de aburrir a los alumnos con cada mensaje, sino de transmitir con las palabras necesarias – y, sobre todo, muchas ganas de seguir aprendiendo con sus alumnos – porque sí, los tutores también aprenden de sus tutorandos –.
Y, por último, me gustaría hacer referencia a la última de las actividades requeridas: la rúbrica. Actualmente, la palabra rúbrica se ha extendido exponencialmente en el ámbito educativo. Las rúbricas, de una forma quizás demasiado simplista, podrían definirse como una herramienta que permite realizar una evaluación más objetiva y detallada en comparación con la evaluación tradicional. Al igual que he hecho con la revista, también aquí os dejo la rúbrica que realicé para la evaluación de una actividad individual.




Como siempre, espero vuestros comentarios en el blog o a través del hashtag #Tutor_INTEF :)
Un saludo,

Begoña